He soñado con muchos muertos. Estaba en el otro barrio, con alguna compañera de trabajo, familiares y amigas. Y aprendíamos a manejarnos en ese mundo tan distinto.
Lugares
Había varios escenarios. Al principio del sueño estábamos en una especie de cancha de basket cerrada. Bien pensado, era parecida a donde voy a hacer pilates, pero no era esa cancha en especial. Era un polideportivo genérico.
En un momento posterior estábamos en un espacio exterior abierto. Había mucha superficie acuática y todo era oscuro. Era al amanecer o al atardecer, no lo sé. La luz era extraña. Pero el cielo estaba muy claro. Sin embargo, todo lo demás era marrón y negro, incluso el agua se veía oscura. Había a media distancia una especie de muro muy alto y liso, grueso. Veía el canto de ese muro frente a mí y luego el propio muro discurría hacia atrás y se iba curvando a la derecha. Era gigantesco, quizá midiese 50 metros de alto y muchísimo más en cuanto a su largo. Al final de la curva que describía esta estructura había una serie de volúmenes, como edificaciones. Pero no recuerdo bien cómo eran. Eran más altas que el muro en realidad, pero como estaban tan lejos parecían pequeñas.
Aparte de esto, había una especie de hotel abandonado, también era oscuro. Material similar a piedra y agua. No había forma de acceder al edificio más que a través del agua. Había también un muro vertical pero de tamaño mucho más pequeño que el otro. Quizá unos 3 metros de alto. Una terraza delante del agua con tumbonas de madera y cojines rectangulares en ellas, y cristalera, que no me dejaba ver el interior con claridad. Además, estaba muy oscuro.
Moverse
Desplazarse era un tanto diferente. No había que tener ningún cuidado. Si estabas en lo alto de un graderío, o una azotea, podías simplemente tirarte hasta abajo. Ya no tenías cuerpo, eras un ser fantasmal. Algunos simulaban inflar su ropa, como un globo, o con forma de paraguas, para caer más despacio.
Para desplazarse largas distancias hacia adelante, la gente hacía todo tipo de cosas. En un caso vi que para mover una gran cantidad de espíritus se metieron en un edificio y lanzaron el edificio hacia la lejanía, con la fuerza de una palanca. Una proyección fantasmal del edificio se estrelló muy lejos y la gente se bajó de las ruinas, totalmente satisfecha.
Para subir hacia arriba algunos utilizaban drogas. Otros, objetos. Se necesitaba la energía de objetos reales para poder mover el cuerpo fantasma. Salvo en el agua. Bastaba meter el pie y podías navegar como si el pie fuera una hélice dentro del agua, no sé por qué razón.
Recursos
Los primeros años podías usar tu propio dinero para comprar online o incluso gastar mucho más dinero del que realmente tuvieras, mientras tu tarjeta bancaria siguiese funcionando. Estábamos en una especie de hotel o algo así y hacíamos pedidos. Luego cuando venía la repartidora nos materializábamos. Aparentemente ella sabía que había algo raro en todo, pero intentaba disimular y entregar el paquete sin más para poder salir de allí sin daños.
Sensaciones
Curiosamente y a pesar de la muerte, todo el mundo estaba muy normal y contento. Respecto al carácter y la forma de ser, la gente era igual que cuando estaba viva. Quizá, un poco más lánguidos en la forma de gestionar las cosas. Era muy tranquilizador darse cuenta de que hicieras lo que hicieras, ya no te ibas a hacer daño de ninguna forma, ni tenías prisa por hacer nada ni llegar a un sitio. La excepción creo que eran los más jóvenes. Había gente de unos 25 que estaban un poco contrariados por no haber vivido más y haber hecho más cosas en “el otro lado”. A veces los veías con la mirada perdida y un cierto resentimiento. Sin embargo, yo y mi gente más cercana estábamos de lo más relajados y normales. En conclusión, era un mundo nuevo que explorar con nuevas y mejores posibilidades de hacer cosas que cuando estaba viva. Quizá no podía comer ni sentir el calor del sol. Pero ni siquiera lo echaba de menos.