Pinballs artesanos

Mis cuñados construían pinballs artesanos. Eran de sobremesa y en formato horizontal. Él los montaba con madera maciza, bastante gruesa y de color amarillo claro. Parecía pino, pero no lo era porque apenas tenía nudos. Era una madera muy dura, compacta y ligera. Estaban hechos un 90% de madera y resto de plástico. Apenas tenían nada metálico.

Y ella, que en la realidad es ilustradora, los pintaba y decoraba con sus personajes y temas favoritos. Les pedía que me hicieran uno para mi por mi cumpleaños con la intención de enseñárselo a todo el mundo y que les hicieran encargos porque les quedaban increíbles. Recuerdo ver que lo publicaba en mi Instagram y se volvía viral. Todo el mundo quería un pinball artesano en su casa. Eran de diferentes tamaños pero en general, pequeños. Podían tener unos 60/80 cm de ancho. Parecían juguetes antiguos, pero tenían un toque moderno al mismo tiempo. La verdad es que eran preciosos.

La casa de toda la vida después de los pinballs artesanos

En otro momento soñé de nuevo con mi casa de toda la vida. Era la de siempre, pero estábamos allí N y yo y los gatos. La casa estaba muy oscura, era de noche. La puerta de cristal de la terraza estaba cubierta de vinilo semitransparente que no permitía ver con claridad el exterior y no se veía casi nada de lo de fuera. Pero no estaba pegado en una lámina uniforme, sino a retales, por lo que se podía ver algo de fuera a través de esos huecos que quedaban aquí y allá. Era un vinilo similar al cristal esmerilado. No tengo ni idea de por qué teníamos la cristalera forrada así. 

¡Y vamos para bingo con un tercer sueño!

En un tercer sueño vi a una amiga que está pasando por ciertos problemas mentales en la realidad. Se encuentra mejor, pero en mi sueño ella escuchaba voces en su imaginación que le decían lo que tenía que hacer muy insistentemente. No eran cosas malas, pero las voces eran muy vehementes y la tenían un poco cansada. No sabía qué hacer para que se callaran y la dejaran trabajar. Lo curioso es que en el sueño yo también podía oírlas y le comentaba a ella que eran muy pesadas, y que sentía que le estuvieran incomodando.

Así que tremenda combinación esta noche, pinballs artesanos, ventanas veladas y voces persistentes.

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