Soñando con el protagonista de Dexter

Hay sueños de los que no te querrías despertar. Hoy he soñado con Michael C. Hall, el actor que protagoniza la serie Dexter. Estaba en mi ciudad por cuestiones de trabajo, pero quería salir con alguien un rato en su tiempo de ocio, así que buscando a personas a las que le gustase su serie en la zona, resulta que salí yo. No se de qué forma ni cuál era el mecanismo, porque no formo parte de ningún club de fans precisamente. Pero da lo mismo, porque lo importante es que me tocó a mí.

Michael C. Hall,

Michael C. Hall, «Dexter»

Era muy simpático y cercano, una persona realmente agradable y divertida con quien pasarías horas y horas. Pasamos un día juntos y después otro, y nos caímos muy bien y bueno, el sueño se volvió bastante romántico. ¿He dicho ya que yo no tengo sueños lúcidos? Pues así es, yo no hice nada, realmente las cosas ocurrían así. Las sensaciones eran alegres y positivas, no había claroscuros.

Estaba enamorada como una tonta y deseando contárselo a mis amigas, pero no me atrevía. Recuerdo soñar que miraba nuestro chat móvil preferido y hacía insinuaciones muy, muy sutiles de forma que ninguna se daba cuenta de nada. Para mis adentros pensaba, «chica, pareces tonta, díselo, díselo». Pero nada. M estaba tratando de apuntarse a una carrera popular y tenía problemas con un código QR, así que fui donde estaba ella para ayudarle, y le preguntaba si era un JPG, y si podía usar un GIF. Ella me dijo que estaba enviando un GIF a 32. (Me extraña tanto que ella pudiese saber qué es eso, que forma parte de mi trabajo. Un día se lo tengo que preguntar). Estábamos en una calle que hacía una cuesta exagerada hacia arriba, donde había dos colas de personas para apuntarse a la carrera.

También recuerdo brevemente soñar con unas extrañas escaleras mecánicas o automáticas muy estrechas, en las que había que meterse para ser transportado de un nivel a otro inferior de la zona donde estaba. Recuerdo que me equivocaba y en vez de ir por las estrechas de color naranja, me dejaba caer en unas más estrechas aún de color negro, que te llevaban directamente a un cine que había allí, uno de esos cines con películas muy selectas para cinéfilos, con un aire un poco soberbio y por qué no decirlo, bastante gilipollas. De alguna forma estaba atrapada en la cinta equivocada y apenas cabía en ella, de forma que no podía salir y el chico del cine me miraba un poco extrañado, por mi error y porque no quería saber nada de arreglar mi problema, que no era asunto suyo. ¡Él quería cobrarme la entrada y punto!.

Mientras tanto, el bueno de Michael y yo éramos felices, comíamos perdices y me había dejado su coche y su moto, porque yo no tenía ninguna de estas cosas, y yo me pasaba el día por ahí con el coche de paseo, haciendo todo lo que quería. Vivía en un bloque de pisos de muchas alturas, y los vecinos me preguntaban por mi pareja, «el famoso de la tele». Y yo cogía las llaves del coche y me iba, altiva. Un día, al vestirme, sólo encontré una ropa un tanto curiosa. Una peluca de media melena lisa, una falda corta y una chupa. Parecía una macarra, así que me fui a coger la moto. Pero cuando llegué a ella, resultó ser una moto de las de los niños, que están fijas sobre un soporte y no van muy lejos. Me quedé muy sorprendida. Quise guardar algunas cosas en el maletín trasero de la moto, no sé con qué propósito, pero decidí no hacerlo porque no podía llevarme la moto, y me fui de nuevo a por el coche, para ir a ver a mi Michael.

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De hotel con… ¿un amigo de la infancia?

Creo que fue la primera persona de la que me «enamoré». Y estábamos de vacaciones en un hotel, en una enorme habitación que podría ser más bien un piso completo, muy blanco, con embaldosados blancos.

No recuerdo a estas horas muchos detalles, sólo que un capítulo de perros maltratados del programa de veterinarios debió colarse, y mi amigo tenía una espantosa herida donde le sobraba un buen trozo de piel del antebrazo o la mano, que recorté con una tijera. Tal cual.

Recuerdo buscar mi ropa por los cajones de un mueble negro, rectangular, anguloso, de tela, con estructura metálica.

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