Ha surgido esta cuestión sobre el estilo en una conversación y es un tema que me siempre me pareció interesante. De esto se ha hablado horas, días y años en los estudios y escuelas de diseño, una y otra vez. Y suele acabar en la clásica discusión bizantina que es… ¿El diseño es arte?
¿Puede ser un diseño bueno o malo?
Mi respuesta rotunda a esa pregunta, es que no. El diseño gráfico es comunicación. El propósito que tiene es entregar un mensaje completo desde un emisor a un receptor, utilizando recursos gráficos y otros. Si debes diseñar un anuncio para que el cliente final entienda que estás vendiendo un producto barato, quizá el diseño no deba ser elegante, ni muchas otras cosas. Pero siempre dependerá de tu cliente. Es decir, un diseño será «bueno» o «malo» dependiendo de si consigue su objetivo de comunicación o no y esto es independiente de su aspecto.
Un ejemplo para dar a entender esta idea me viene a la mente: En un departamento de recursos humanos, se utilizaban unas sillas muy incómodas para ver cómo se las arreglaban los entrevistados en una situación imprevista. A ver quién era capaz de aguantar mejor y más tiempo y cómo lo resolvía. ¿La silla estaba mal diseñada? ¿No debería una silla servir para sentarse cómodamente, al menos una hora? La silla cumplía perfectamente su función. Seguramente es una leyenda urbana y esto nunca sucedió, pero valga el ejemplo para representar el mensaje.
Por esto, a veces, sin conocer toda la historia, es imposible sentenciar si un diseño está bien o mal. Hay muchos elementos que forman parte de un trabajo y que no están a la vista: Quién encargó el trabajo, para quién, cuándo, dónde se iba a representar, en qué soportes, cuál era el presupuesto disponible… Todo esto no se ve en un portafolio.
¿Hablas grafiqués?
Luego, quizá es cierto que una persona es capaz de resolver todo esto de una forma u otra. Que tendrá mejor o peor habilidad al resolverlo, o que el resultado coincidirá mejor o peor con lo que el cliente perseguía (aunque esto puede ser una trampa, por todo lo mencionado anteriormente). Y es ahí donde podemos entrar quizá en la personalidad del diseñador y lo que puse de su parte. Aunque en mi opinión, un diseñador es un embajador de la marca a la que representa y no debe tener personalidad. Se debe a la marca que le contrata para hablar por ella, en «grafiqués», como un abogado habla en legalés. Nuestro trabajo es conseguir a través de colores, formas, tipografías, imágenes y otros elementos que el cliente pueda hablar a sus objetivos. Es decir, que cuando piensas en ¿cómo es el estilo de un diseñador? en realidad te estás preguntando a ti mismo ¿qué quiero comunicar a través de mi diseñador?